La cultura del agua en la Castilla Medieval: aspectos materiales

María Isabel del Val Valdivieso, Juan Antonio Bonachía Bonachía Hernando

Resumo


Hablar de agua invita a tomar en consideración dos aspectos relacionados indirectamente con la sociedad del pasado, paisaje y ordenación del territorio. Qué duda cabe que la acción antrópica sobre el medio natural transforma a este a la vez que habla a las generaciones futuras de los intereses, prácticas económicas y preocupaciones de las sociedades precedentes.

Por eso, antes de pasar a plantear algunas consideraciones sobre la cultura material del agua en la Castilla del final de la Edad Media, consideramos necesario llamar la atención sobre esas dos cuestiones ya que pueden aportar elementos de interés para comprender algunas actitudes y decisiones de la sociedad de aquella época.

La búsqueda del agua y el conocimiento de sus características son dos datos fundamentales que deciden la ubicación de cualquier asentamiento humano[1]. Pero a partir de aquí la comunidad instalada, y las generaciones que le suceden, interactúan con los recursos hídricos disponibles, sean de superficie o se escondan en el subsuelo, lo que provoca una transformación de las condiciones naturales de partida, así como de la estructura que adquiera el núcleo urbano resultante[2]. El centro de población y su entorno se organizan conforme marcan las líneas dominantes de los poderes del momento, por eso hay que tener presente que las diferentes actividades económicas, tanto artesanales como agropecuarias, conducen a una utilización de los recursos hídricos que no es ajena a las características propias de la sociedad protagonista[3]. Esto da lugar, entre otras cosas, a un paisaje determinado en cuya configuración el agua ha tenido un relevante papel. La organización de los cultivos de diverso tipo, el regadío, los abrevaderos para el ganado, el uso de la energía hidráulica o la utilización del agua para algunas prácticas artesanales que no pueden desarrollarse sin su utilización, están en la base de las características que acaba teniendo el medio natural resultante de la acción de los grupos humanos, condicionada a su vez por los recursos de partida y por los intereses del poder dominante.


[1] Senent-Díez, María Pía, «El poblamiento del Duero oriental durante la Edad Media: los cauces de agua como ejes de la articulación espacial del territorio», en Illarregui, Emilio (Coord.), Arqueología del agua, Ayuntamiento de Herrera de Pisuerga, 2009, pp. 131-146.

[2] Hidalgo, Francisco, «El agua como condicionante de la estructura urbana: Lyon y Zamora. Dos ejemplos del bajo medievo», en Segura Graíño, Cristina (Ed.), Agua y sistemas hidráulicos en la Edad Media hispana, Madrid, Al-mudayna, 2003, pp. 111-132.

[3] Es algo que ha sido estudiado para el caso mallorquín y catalán en el paso de la sociedad islámica a la feudal por Batet Company, Carolina, L’aigua conquerida. Hidraulisme feudal en terres de conquesta, Valencia, PUV y UAB, 2006.


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